En los avatares del discurso
crítico se han encontrado diferentes resquicios para la expresión de
reflexiones profundas sobre vivencias cotidianas que el discurso dominante ha
silenciado. En esta ocasión Prometheus, comprometido con la crítica implacable
de todo lo existente, encuentra en la ya clásica cinta Odisea 2001 un lugar
propicio para abordar uno de los temas más importantes dentro de la praxis
humana, nos referimos a la antropogénesis; y es que la transición del mono a
hombre es un tema que ha apasionado a diferentes disciplinas del saber humano,
entre ellas la biología, la antropología física, la arqueología, la medicina y
otras tantas disciplinas que, aunque cabe admitir que no se encuentran en el
terreno de las llamadas “ciencias duras”, no podemos hacer a un lado debido a
que encuentran en esta discusión uno de
sus objetos de estudio, así como un punto de partida para su desarrollo
inmanente.
La filosofía, la historia, la
economía, la antropología social y la geografía han producido reflexiones muy
fructíferas. En el caso de la filosofía podemos mencionar la profunda y
polémica discusión acerca del papel del trabajo humano como punto de partida
para la producción y significación del mundo material, así como la discusión
sobre la esencia política del ser humano. También podemos encontrar las
revolucionarias contribuciones de la Crítica de la economía Política, tales como el reconocimiento del ser humano
como productor de sus propios medios de vida, lo que le posibilita construir su
estar en el mundo de formas diversas, tema que es de interés para la
antropología y la lingüística, ya que toda producción es una significación y
por tanto una dimensión cultural de la vida social. En Odisea 2001, por
ejemplo, este punto es explícito en la escena en la que el mono-hombre hace uso
de la astucia de la razón, que lo distinguirá del resto de los animales; nos
referimos por supuesto a la utilización del hueso como herramienta tanto de
trabajo como de defensa.
Es imposible hacer la
construcción de lo que hoy en día llamamos ser humano sin la contribución y el
diálogo entre diversas disciplinas, no ya en un orden de jerarquización, sino
en las dimensiones en las que cada uno de estos excursos se encuentran en la
reflexión de lo humano.
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